26 febrero, 2025

MEDIA COBIJA




Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia.

Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.

A los setenta años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos.

Esperaba que su hijo, ahora brillante profesionista, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera, y decidió por primera vez en su vida pedir un favor a su hijo.

Don Roque tocó la puerta de la casa donde vivía el hijo con su familia.

-¡Hola papá! ¡Qué milagro que vienes por aquí!

-Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo; además estoy cansado y viejo.

-Pues a nosotros nos da mucho gusto que vengas a visitamos, ya sabes que ésta es tu casa.

-Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.

-Entonces, ¿no te molestarla que me quedara a vivir con ustedes?, ¡me siento tan solo!

-¿Quedarte a vivir aquí?, sí... claro.., pero no sé si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es chica, mi esposa es muy especial, y luego los niños...

-Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo. No te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano.

-No padre, no es eso. Sólo que... no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían, o sólo que no te moleste...

-¿Qué?

-Dormir en el patio.

-Dormir en el patio está bien.

El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de doce años.

-Dime papá.

-Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se tape en la noche.

-Sí, con gusto. ¿Y dónde va a dormir?

-En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa.

Luis subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos. En ese momento llegó su padre.

-¿Qué haces Luis? ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo?

-Sabes papá, estaba pensando...

-¿Pensando en qué?

-En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas ya viejo y vayas a vivir a mi casa.



Anónimo